- EsFlorencia
Mónica
Actualizado: 23 de jul de 2018

Ciudad de México, México
Pintora / Arte Terapeuta
Cuando llegué a Florencia a los 19 años vi que toda la gente se movía en bicicleta y quise hacerlo yo también, pero había un pequeño problema: nunca aprendí en la Ciudad de México.
Pensé que sería fácil, pero no lo fue. Mi amiga Mariana decidió ayudarme. Tomó el asiento de mi bici y se fue corriendo detrás de mí como si fuera mi papá y logré dar unas vueltas al parque. Creí que eso ya era andar en bicicleta, pero un día mi novio quiso ir a dar una vuelta en bici conmigo y pasó a recogerme. Me subí a la bicicleta, y él me dijo “¡Vámonos!” y se fue andando velozmente. Yo pedaleé dos veces, choqué, me caí, casi me arrolla un autobús y me gritaron “¡Idiota!” desde un automóvil. Me quedé llorando tirada en la calle y me causó un trauma profundo. Después de mucho tiempo, otra amiga colombiana se compadeció de mí y me llevó a andar por caminos fáciles y por la ciclopista y así, poco a poco, logré llegar hasta mi universidad. Ese día le perdí el miedo. Tenía 23 años de edad.
Ahora llevo a mi hijo mayor a todos lados en la bicicleta y me pregunto si seré capaz de llevarlo a él y a mi bebé al mismo tiempo.